¡Adiós, Porfirio!

-¡Párate!- dijo con voz estentórea el personaje que ocupaba el asiento del copiloto.

De inmediato, el conductor acató la orden tronante y pisó el pedal del freno de la camioneta en que nos desplazábamos.

Acto seguido, cuando el vehículo se detuvo en una orilla de la carretera que une a Tapachula con Huixtla, el copiloto giró el cuello y me miró fijamente, como poseído.

-¡Bájate! gritó con más fuerza.

Desconcertado, lo ví y solo atiné a preguntarle:

-¿Es en serio?

-Sí. ¡Bájate!- reiteró.

Abrí una de las puertas traseras para descender del vehículo y, antes de poner un pie sobre la carpeta asfáltica, el iracundo personaje soltó una sonora carcajada.

Más desconcertado, volví a verlo; no dejaba de carcajearse. Se reía a mandíbula batiente y, en tono conciliador, me dijo con dulce voz:

-¡Es broma! ¡Claro que tienes razón al decirme que varios diputados del PRD son unas mariquitas! ¡Pero, entiéndeme, yo soy el Coordinador de la bancada y se supone que, al menos, debo defenderlos- me explicó, muy sonriente.

Era Porfirio Muñoz Ledo, Coordinador de la bancada del PRD en la Cámara de Diputados.

Corría el año 1998. Le había solicitado una entrevista a través de Hildiberto Ochoa Samayoa, que había sido diputado federal por nuestro distrito en una legislatura anterior.

Porfirio me citó en el Hotel Kamico, donde se había hospedado. Al llegar al lugar me dijo que habría cambio de planes.

“Debo ir a una radiodifusora de Huixtla, donde me harán una entrevista en vivo. Vente con nosotros y en el trayecto platicamos…”, me comentó.

Viajamos en la camioneta de Rafael “El Pelón” Zúñiga. Mientras él manejaba, Porfirio y yo charlábamos sobre el acontecer político de entonces.

Con esta anécdota que hoy le comparto podrá usted darse cuenta, agudo y respetable lector, que Porfirio Muñoz Ledo fue un genio de la teatralidad política, un actor consumado.

Me consta. Fue una mente brillante, poseedor de una inteligencia excepcional, uno de los más grandes oradores del país entero, polemista fuera de serie y tribuno sin igual.

Fue Secretario del Trabajo y Secretario de Educación Pública y a punto estuvo de ser candidato a la Presidencia por el PRI. Años después, al lado de Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez y otros más, formó la Corriente Crítica en ese partido que, al final, desembocó en la ruptura y la creación del Frente Democrático Nacional.

Hoy, cuando poco le faltaba para cumplir 90 años, Porfirio Muñoz Ledo ha emprendido su viaje al más allá.

Creo muy difícil que descanse en paz porque su hiperactividad era increíble, así como su claridad de pensamiento y capacidad de análisis.

¡Buen viaje, Porfirio!

¡Adiós, Porfirio!

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