Tuxtla Chico, pueblo cantina

TUXTLA CHICO, CHIAPAS. El aumento de cantinas y tugurios en Tuxtla Chico ha aumentado de manera preocupante, según señalan sectores sociales de esta localidad fronteriza con Guatemala.
El gobierno de Julio Gamboa Altuzar ha permitido la rápida proliferación de centros con venta de bebidas alcohólicas, a los cuales de manera extraña no se les supervisa no sanciona en caso de irregularidades.


Solo en la zona centro de esta localidad, cinco cantinas convergen en la Avenida Juárez Sur, donde a diario sujetos ebrios generan molestias y descontento entre los vecinos, que en constantes ocasiones han pedido la intervención de la autoridad municipal para regular y controlar los escándalos y la venta desproporcionada de alcohol.
A esto se suma la prostitución que no tiene vigilancia alguna, en torno a campañas de salud públicas que mantengan un régimen entre las personas dedicadas a este rubro.


En toda la cabecera municipal, unas 11 cantinas operan sin las medidas sanitarias y sociales pertinentes, en las cuales se han registrado riñas y hasta asesinatos que no son investigados a fondo y quedan impunes.


Julio Gamboa ha concedido permisos y prórrogas para que propietarios de estos giros operen en total impunidad y generen un daño social irreversible, ya que a toda hora del día se observa en distintas calles de la localidad a ebrios durmiendo en las banquetas o deambulando por la vía pública.
El presidente que tuvo que intentarlo tres veces para llegar al poder, ahora busca reelegirse y seguir dando concesiones a cantinas, en un pueblo donde ni siquiera exige una biblioteca pública establecida, pero sí sitios de perdición en los que se permite el acceso a menores de edad.


La molestia es generalizada porque los borrachos ocupan entradas de viviendas para dormir y realizar sus necesidades fisiológicas, sin que existan operativos para sancionar o realizar una limpia social en las avenidas y calles del pueblo olvidado.

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