En el corazón de la Expo Feria Tapachula 2025, donde los colores vibran y la música envuelve a cada visitante, las tradiciones de Chiapas se despliegan con orgullo. Entre los innumerables sabores que ofrece esta tierra generosa, el Jobo y el Nance en curtido emergen como verdaderos tesoros gastronómicos, pequeños manjares que encapsulan la esencia de una cultura viva y apasionada.
Los pasillos de la feria están repletos de aromas y sonrisas. Los frascos de cristal, cuidadosamente alineados en los puestos, reflejan la luz con sus tonos dorados y ámbar, resguardando en su interior el dulce secreto de generaciones. Aquellos que se acercan a probarlos no solo degustan una fruta, sino que saborean la historia misma de su gente.
Los ancianos cuentan que en tiempos pasados, los juches y los muxes esperaban a las afueras de las exposiciones, ofreciendo estos elixires fermentados a los viajeros. A su alrededor, pequeñas abejas revoloteaban, atraídas por la miel embriagadora de los curtidos. Hoy, esa escena se repite en la feria, donde cada bocado es un vínculo con el pasado, una caricia a las raíces que sostienen la identidad de Chiapas.
Quien prueba el Jobo y el Nance en curtido se entrega a una explosión de sensaciones: la dulzura del almíbar, la suavidad de la fruta, el ligero toque de fermentación que despierta recuerdos y emociones. Comerlos no es solo un placer, es un ritual de amor por la tierra, un tributo a la historia que se ha tejido entre sabores y memorias.
Las tradicionales bolsitas de plástico, amarradas con destreza, esconden pequeños tesoros que esperan ser descubiertos. Desatar el nudo, liberar el aroma y probar la primera fruta es una ceremonia que evoca infancia, familia y celebración. Es un gesto de identidad, un acto de amor por la cultura que nos define.
A medida que la feria cobra vida con risas y danzas, con el sonido de la marimba en el aire y el aroma de los antojitos locales, una certeza se hace presente: Chiapas es una tierra rica no solo en recursos, sino en tradiciones que laten con fuerza en el corazón de su gente.
Quien visita la Expo Feria Tapachula 2025 y prueba el Jobo y el Nance en curtido no se lleva solo un sabor, sino una historia, un pedazo de alma chiapaneca que merece ser compartido. Porque la alegría, el amor y la cultura no se viven en soledad, se transmiten, se celebran y se llevan siempre en el corazón.
Disfruta tu feria, disfruta de la Expo 2025. No te quedes solo con la experiencia y la cultura, transmítela a los tuyos, a los jóvenes… ¡Vívela!



