Tapachula, Chiapas. Un caso alarmante de negligencia médica ha sacudido a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, donde una recién nacida, declarado muerta por los médicos del IMSS, fue entregado vivo a una funeraria. Los hechos ocurrieron el pasado lunes por la noche, cuando el bebé fue entregado por una trabajadora social del hospital para su sepultura, horas después de que la madre había sido dada de alta.
La confusión comenzó cuando, al llegar a la funeraria, el personal se percató de que la recién nacida aún presentaba signos vitales. Inmediatamente, la bebé fue trasladada de regreso al hospital, pero lamentablemente falleció el martes.
Ahora, el IMSS se niega a emitir un nuevo certificado de defunción, complicando aún más la situación para la familia afectada.
Según declaraciones de un familiar de la madre, quien tenía más de 23 semanas de gestación, ella ingresó al hospital para dar a luz. Durante el proceso, la madre asegura haber tenido a su bebé con vida en sus brazos. Sin embargo, dos horas después de salir del quirófano, le notificaron que el bebé había fallecido.
Ante esta noticia, los familiares realizaron los trámites necesarios con una funeraria para despedir al bebé.
En medio de la confusión, el IMSS emitió un acta de defunción y entregó el cuerpo a la funeraria para la cremación.
El giro inesperado ocurrió cuando un familiar recibió un mensaje de la funeraria notificando que la bebé aún tenía signos vitales. Inmediatamente, la recién nacida fue trasladada nuevamente al centro médico, donde recibió atención, pero debido a la grave negligencia, falleció el mismo día.
Los familiares están considerando solicitar la intervención de las autoridades judiciales para que se esclarezca lo sucedido y se haga justicia.
El caso ha generado una ola de indignación y cuestionamientos sobre los protocolos y la ética profesional del personal del IMSS, subrayando la necesidad urgente de mejorar la calidad de atención y evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir

