Ensalada de grillos
CIRO CASTILLO
Apenas el viernes anterior una casa encuestadora, Arias Consultores, indicaba que pocos son los gobernadores a los que la gente ubica como “cercanos” al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Uno de los que están en esa lista es el de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas, aunque no se trata de un asunto de meses sino de años. Tampoco es casualidad.
Juntos caminaron algunas regiones de esta entidad, precisamente donde se ubican Altamirano, Las Margaritas y Ocosingo, tres de los municipios que AMLO visitó este fin de semana durante una intensa gira en la que refrendó su compromiso con la entidad más empobrecida del país.
Qué bien que con el paso del tiempo, mi amigo Rutilio Escandón es el gobernador de Chiapas, expresó el sábado desde el municipio de Ocosingo.
Contó ahí – donde también repartió algunos elogios para el director general del IMSS, Zoé Robledo, y la titular de Bienestar, María Luisa Albores, ambos chiapanecos- que algunos se ponen “celosos” porque está tratando de apoyar mucho al Sur-Sureste, particularmente a Chiapas.
La explicación es, indicó ante decenas de ocosinguenses que le aplaudieron cada condena al que él llama período neoliberal, que por mucho tiempo se abandonó al Sur y solamente creció el Centro y el Norte.
HAY UN CAMBIO VERDADERO
Rutilio Escandón, quien le acompañó durante toda la gira que comenzó el viernes en Mapastepec y concluyó el domingo en Venustiano Carranza, el “terruño” del Gobernador, le correspondió el saludo y dijo que Chiapas y México viven ahora una verdadera transformación.
“Estoy seguro que con la Cuarta Transformación tenemos un gobierno al servicio de la gente y las futuras generaciones tendrán un mejor destino, hablaremos de otro Chiapas y otro México”, expresó además de destacar que Obrador volvió como lo prometió en campaña.
López Obrador, con quien Rutilio Escandón, compartió la militancia perredista décadas atrás, respaldó al Gobernador de Chiapas y lo calificó como un hombre honesto que trabaja bajo la filosofía de primero los pobres.
“Si nos quedamos solo supervisando hospitales en la Ciudad de México veremos que ahí hay buen servicio y medicinas, y si hacen falta, protestan y los escuchan, pero de estas localidades alejadas, nunca se sabe nada. Por eso empezamos aquí”, manifestó Obrador, quien se dio tiempo para saludar al movimiento zapatista, pero lo hizo desde Las Margaritas.
GUIÑO AL ZAPATISMO, EN SU PATIO
Desde Las Margaritas, zona zapatista, López Obrador mandó una especie de “guiño” o saludo al EZLN, pero al mismo tiempo volvió a dejar claro que tienen sus diferencias y éstas quizá nunca se conciliarán.
“Conocí Guadalupe Tepeyac hace 25 años porque vine la primera vez en 1994, cuando el levantamiento zapatista, cuando el movimiento zapatista, vine aquí, 1994. Ya pasó tiempo. Luego regresé como dos o tres años después, porque se tensaron mucho las cosas y hubo un momento en que estuvo a punto de reiniciar la confrontación armada…”
¿Qué tengo que decir acerca del movimiento zapatista?, expresó Obrador y él mismo se respondió.
“… respetamos mucho ese movimiento, podemos tener diferencias, pero somos respetuosos. En su momento ese movimiento aportó bastante para que se conociera esta realidad.”
“… cuando se da este levantamiento muchos voltean a ver a las comunidades y esto ayuda para que se conociera una realidad de abandono, de opresión, de injusticias, de marginación.
Por eso es que se mejoraron algunos caminos después, porque surgió ese movimiento.
Pasaron los años, nosotros decidimos luchar por la vía pacífica y por la vía electoral. Hay la visión de que se puede transformar de dos maneras una realidad de opresión.
Una forma es por la vía armada, como lo hicieron nuestros antepasados, en la Independencia, la Reforma, la Revolución.
Nosotros, en mi caso pensamos -y esa fue nuestra apuesta- que se podía transformar sin la confrontación, sin la violencia, por la vía pacífica y por la vía electoral a pesar de los pesares, porque participamos en elecciones y nos robaban las elecciones, había fraude”, afirmó AMLO.
Queda claro que, a pesar de que el EZLN y López Obrador han enarbolado la bandera de la defensa de las clases más desprotegidas, tienen visiones diferentes.
“… sabíamos que iba a llegar el momento en que la gente iba a tomar conciencia y que ya no les iba a servir ninguna trampa, ni el reparto de despensas, ni la compra del voto, ni la entrega del frijol con gorgojo.”
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