La alcaldesa de Tapachula, Rosa Irene Urbina Castañeda, reprobó en sus aspiraciones para abanderar la candidatura al gobierno de Chiapas por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), al colocarse en el último lugar de todos los aspectos a calificar para la elección interna.
Urbina Castañeda aparece en el sótano de la encuesta con 4.8 por ciento de la votación de las bases morenistas, debajo de Patricia Armendáriz con el 6.2 por ciento, que está en penúltimo lugar; mientras que en el antepenúltimo peldaño aparece José Antonio Aguilar Castillejos, con 8.9 por ciento de votación.
Durante la conferencia de prensa encabezada por el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, a Rosa Urbina se le vio con el rostro desencajado y risa fingida, tras el ridículo que ha significado su participación en la elección interna para la búsqueda de la gubernatura de Chiapas.
A la alcaldesa que llegó al poder tras la muerte de Oscar Gurría, se le ha acusado de irregularidades en la asignación de obras públicas para beneficiar directamente a la empresa de su esposo, Tomás Rubiera, así como la adquisición de lujosas propiedades, tales como un conjunto de departamentos al oriente de Tapachula, que las 24 horas del día son vigilados por policías municipales.
También existen querellas por parte de habitantes de todo el periférico oriente y poniente, una de las rutas más importantes en la mancha urbana, debido a que los trabajos en la rehabilitación de calles no avanzan y se mantienen varados.



