Ensalada de grillos
CIRO CASTILLO
El sábado, con todo el alboroto que causó el acuerdo entre México y Estados Unidos para evitar aranceles a los productos mexicanos, además del acto de unidad en Tijuana, en “el terruño” pasó casi inadvertido que en Chiapas se cumplieron los primeros seis meses de gobierno de Rutilio Escandón Cadenas.
Certeza jurídica, aplicación del Estado de Derecho, combate a la corrupción, austeridad y altos niveles de seguridad han caracterizado el arranque de un gobierno que forma parte de la oleada morenista que comenzó en julio pasado.
Rutilio Escandón Cadenas, un viejo conocido del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha sabido cumplir los compromisos de la Cuarta Transformación y mandado señales que, si bien son sencillas, resultan significativas. No vivir en casa de gobierno, por ejemplo.
No es como anteriores gobernantes, quienes llegaron a “tupir” el estado, incluso el país, con anuncios personales que en nada ayudaban a Chiapas y, por el contrario, mandaban una señal de excesos. No hay show ni portadas de revista del corazón como solía haber.
Rutilio, sobrio y sencillo en su actuar, no ha recurrido a utilizar aeronaves oficiales, pero en cambio ha autorizado su uso para acciones en materia de protección civil y de salud. Se han salvado vidas con estas medidas.
CUMPLIR LA LEY
Un aspecto simple, pero contundente, ha sido la aplicación del Estado de Derecho en cientos de predios que estaban invadidos, incluso desde sexenios atrás.
Hasta ahora se han regresado a sus legítimos propietarios más de 2 mil hectáreas, pero la meta es llegar a siete mil.
La medida ha sido aplaudida entre la población chiapaneca, pues muchos de los afectados con las invasiones temían que sus tierras jamás fueran recuperadas.
Además de que se genera certeza jurídica a los propietarios e inversionistas que deseen llegar a Chiapas, el gobierno de Rutilio Escandón también manda un mensaje fuerza y pega un “manotazo” sobre la mesa contra las organizaciones sociales que solían “chantajear” o acomodarse con el gobierno en turno.
El gobierno estatal ha privilegiado la negociación con organizaciones de maestros, transportistas, normalistas y organizaciones que han expresado inconformidad en los municipios, aunque ello no quiere decir que la ley se haya torcido para dar gusto a todos.
ACTORES Y ARTÍFICES
Dos actores principales del sexenio han sido, hasta ahora, el fiscal general del Estado, Jorge Luis Llaven Abarca, quien ha reconocido un rezago en la labor de la Fiscalía; sin embargo, ha encabezado, por ejemplo, el tema de la restitución de predios a sus legítimos propietarios, de la mano con la Secretaría de Seguridad Pública.
Ismael Brito Mazariegos, secretario general de Gobierno, es otro de los actores y artífices, pues ha tenido que lidiar con una serie de asuntos políticos en los municipios, principalmente en la zona indígena, donde recientemente destacó el acuerdo entre Aldama y Chenalhó, quienes por un cuarto de siglo no se habían “dado la mano”.
La racionalidad, austeridad y disciplina del gasto, fue uno de los temas que destacó el gobernador al hacer un balance de sus primeros seis meses al frente de un estado que, nunca será fácil de gobernar, por las tremendas carencias acumuladas, especialmente en los últimos dos sexenios, cuando, en lugar de avanzar parecimos retroceder.
En el tema de moda, la migración, el gobierno chiapaneco ha sido solidario con la estrategia federal, echando a andar estrategias de atención en materia de protección civil y servicios médicos. Insistimos, apenas son seis meses…
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